Mega deuda y escasez de lana
Pepe Valencia
En dos años, poco podrá emprender el próximo gobernador de
Veracruz, estado de ocho millones de habitantes, con gigantesca deuda pública, exiguo
presupuesto y donde imperan inseguridad, desempleo y miseria.
Con recursos económicos raquíticos, difícilmente ejecutará obras
materiales importantes y por ello optará por la política y sentará las bases
para allanar el camino de quien venga en 2018. No hay de otra.
Todos los aspirantes coinciden en lo prioritario de erradicar
la corrupción de servidores públicos. La sociedad lo aplaude. Sin embargo, por
lo general los candidatos cumplen menos de la mitad de sus compromisos de
campaña.
Por lo pronto, nos agrada que Héctor Yunes Landa plantee entre
sus 6 propuestas, cárcel sin derecho a
fianza para servidores públicos corruptos y que éstos sean obligados a regresar
lo que se roben o se les decomise la riqueza mal habida.
Imaginen cuántos
políticos enriquecidos irían a prisión y cuántos millones de pesos tendrían que
reintegrar a los veracruzanos.
Los ciudadanos podemos coadyuvar denunciando y proporcionando
nombres y datos de funcionarios y ex funcionarios ladrones, y exigir la
aplicación inflexible de la ley.
Propongo también al próximo gobernador –y al actual si le
alcanzaran el tiempo y el dinero—, la creación de un banco popular que otorgue
créditos a bajas tasas y sin aval, a mujeres y hombres pobres, como el de
Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz.
Y la construcción de un teleférico en Xalapa, con inversión
privada y gubernamental, del cual ya existe anteproyecto, elaborado por el
doctor en economía Lino Perea Flores. Generaría empleos, atraería turismo y
ayudaría a resolver problemas de transporte y vialidad.
Los veracruzanos debemos permanecer atentos a las propuestas
de campaña de los candidatos y exigirle al ganador su puntual cumplimiento.
Dos años constituyen apenas un suspiro en la historia, pero
son suficientes para la trascendencia de un gobernador si recupera la seguridad
para las familias veracruzanas y combate la corrupción hasta donde sea
humanamente posible.
Así, salvo sorpresa de última hora de algún partido, se
vislumbra en las boletas del primer domingo de junio a dos Yunes, uno por el
PRI y otro por PAN-PRD, como candidatos
a gobernador.
Triunfará quien ofrezca la oferta más convincente a los
potenciales electores. Ahí les queda la víbora chillando, por ahora a los
primos Héctor y Miguel Ángel. Después a los que se agreguen a la lista de
candidatos.
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